Pensar...

el parque estaba algo solo, me encantaa de ese modo, me trire sobre la grama algo humeda algo cerca de un arbol a contemplar el cielo mientras jugaba con la electricidad pasandola por mis dedos

Era un día soleado y asfixiante, hacía mucho calor. Mucho más del que podía soportar. Caminaba cargando una sombrilla para hacerle de sombra mientras se deslizaba por el pastizal. Había un viento que jugaba con mi cabello oscuro pero se notaba la fuerza del sol de todas formas. Llevaba ropa ligera dejando ver mi pálida piel, y pronto divise a un joven sentado meditando tranquilo. Estaba en aquel lugar esperando que anocheciera, a pesar de que faltaba mucho para aquello. Tenía que practicar en una zona alejada pero aquel ser me estaba molestando por que podía arruinar todos mis planes. Me acerque lentamente, sin importarme si le interrumpía o le molestaba.

-Disculpa… ¿Sabes hacia donde está la población más cercana?

Pregunte inocentemente, cubriéndome de la luz solar. Viéndole de más cerca el joven tenía su atractivo. Cierta belleza y misterio. Pero aquello no cambiaba el hecho de que fuera un humano o que yo no creyera en los sentimientos. Una energía llamo mi atención ¿Electricidad? Alguien la manipulaba y el hecho me parecia sumamente interesante. Aún así no dije nada al respecto.

comence a sentirme muy bien, muy relajado, una chica paso cerca y pare de generear electricidad, vi como se dirigia hacia otra persona recostada contra un arbol, los mire algo extrañado, habia algo en ellos que se me hacia conocido, como si fueran como...yo pero no sabia por que, me puse bocabajo y los mire fijamente mientras hablaban

Cerré la sombrilla, respirando profundamente la deje caer al suelo. Me troné los nudillos y me di media vuelta. Apunte al chico eléctrico con mi mano derecha, moví los dedos haciendo que se incorporara del suelo y como si de una simple marioneta se tratara, hice que mi títere caminara hasta donde nosotros estábamos. Un mutante, un posible humano. Podía controlarlos a ambos y nadie nos rodeaba en kilómetros como bien había confirmado uno de ellos. Si se resistían, aniquilarlos no sería un problema. Lo fulmine con mis ojos de hielo.

-Tú… eres un mutante.

No era una pregunta, más bien una afirmación. Señale al otro con mi mano izquierda. Siendo zurda podía recibir el peor trato si me lo proponía. Más solo era una amenaza, aún no le controlaba. Me concentraba completamente en el otro joven y en las posibles reacciones del testigo. Mi voz sonaba dura y fría mientras le ordenaba sin escrúpulos.

-Identifícate.

me levante sin entender por que lo habia hecho, no tenia control sobre mi mismo, comence a caminar hacia la chica que habia estado observando
-hola para ti tambien-
dije cuando termino de hablar y sonrei
-mike, un placer, y tu??.... ah y con respecto a la primera pregunta si, si soy mutante, y por lo que veo tu tambien-
me sacudi un poco generando algunas ondas electricas que hicieron que ella perdiera la consentracion y por tanto control sobre mi cuerpo

Inofensivo. Fue la única palabra que vino a mi mente chico al ver como respondía. Ni siquiera se había dado cuenta de la amenaza que había sufrido, le podía despedazar si lo deseaba. Noté como soltaba rayos eléctricos, le solté abruptamente haciendo que callera bruscamente al suelo. Nadie hubiera hecho eso en vez de atacarla directamente, a pesar de que no lo hubiese logrado. Era un mal candidato. No le servía. Sin embargo el otro... Se giro a verle atentamente.

-Eres débil... Este joven podría ser un humano y tu proclamas ser mutante y juegas con electricidad a la vista de todos sin ser capaz de arreglar tus problemas si llegaran a descubrirte. Aun eres un niño y no sabes controlarte... De seguro estas en el instituto de Sven.

Pronuncié llena de soberbia hablándole al menor aunque sin quitar la vista del otro. Él tampoco se había alarmado pero aún así... tenía cierta maldad, un aura oscura. No comprendía por que alrededor de él la gente se sentía alegre, podía sentir la sensación aunque no la manifestara. Yo no podía ser feliz. No sin ver sangre primero. Preferiblemente la de cierto Inglés. Este chico tenía que ser un mutante también, sin duda alguna.

-¿Tú quien eres?

Le pregunté interesada. A lo mejor y fuera un buen integrante para la hermandad.

me levante sonriendo
-un niño? si eso lo acepto, pero el conseguridad es un mutante, por eso lo hice-
dije lo ultimo con tono cortante y seguro mientras lo miraba
-veo que tienes una gran rivalidad contra Sven, eh??-
saque de mi bolsillo un encendedor y una cajetilla cigarrillos, ofreciendoles a los otros dos

-No te interesa.

Respondí cortante. Mis ojos seguían fijos en el otro, esperando su respuesta. Cambie la postura de mi brazo, ahora en vez de apuntarle le extendía la mano, ofreciéndole ayuda para que se levantara. Quería hablar con él en algún lugar más tranquilo, no con tantos inconscientes rondando. Pregunté con mi voz aterciopelada suavemente, con una tranquilidad que desbordaba los limites.

-¿Podemos hablar?

oh! pero que veo, unos deliciosos jovenes estan teniendo un dia de picnic - dije alegremente, habia terminado de almorzar y tenia el estomago algo hinchado, tenia la digestion algo lenta.

- ¿como estan? - pregunte, mientras me acercaba rapidamente como un pedofilo cuando ve niños cerca.
- me podria unir, tienen como una especi de aura que hace que me sienta confortable - sonrei maliciosamente ante todos.

se me tenso todo el cuerpo al oir esa voz, volteo rapidamente y vi a gula acercandose, sentia el estomago como una pasa
-mierda-
susurre, di media vuelta y sali corriendo a toda velocidad por el campo y me perdi de vista rapidamente

hola denuevo, veo que estas acompañando a una pareja de tortolos - dije obsevando a los otros dos - no te preocupes que acabo de almorzar... - sonrei mostrando mis caninos y demas dientes sucios y como una baba rojisa se caia de mi boca.

La palabra “tortolos” llego a mis oídos como ruido completamente desagradable, solté rápidamente la mano del otro chico mirando a Gula con la oscuridad reinando en mis ojos. No me molestaba el hecho de ver sus caninos o la sangre que tenían ellos, de hecho aquello incluso llegaba a agradarme pero no podía tolerar que dijera una cosa como esa. Abanique el aire una sola vez, haciendo que su cuerpo se chocara apropósito contra el tronco del árbol. Nadie jamás podía insinuar una cosa tan ridícula como aquella.

-Ubícate antes de hablar sobre mi. No te permito que me faltes el respeto.

Mi voz no había subido ni una sola tonada, la frialdad como siempre reinaba en mis venas y hacerle aquello no era algo personal, simplemente no quería se pasara de listo. No podía permitirlo.

- oh! vamos.... no soy tan pesado... me estoy tratando de poner en forma - dije despues de golpiarme contra el tronco de la nada, era mutante. Me acomode los huesos rotos y demas que tenia por el golpe contra el arbol frondoso:- y de verdad que estoy tratando... - sonrei denuevo y le dirigui una mirada a ambos, los dos estaban tranquilos y relajados.

-diganme ... que hacen por aqui? - y agrege - pues el otro apenas me vio se fue corriendo...

-No te tengo miedo

Le espete alzando una ceja, mirándole de arriba a abajo. Analizándole. Um... Estaría pendiente de él. Era sin duda alguna un ser que le interesaba. Se giro a ver al otro, hablar con él en otro lugar sería sinónimo de haber mentido y que huía de Gula. Aunque sin duda no era así. Se sentó bajo el árbol y les miro a ambos, arrancando una ramita de pasto, les clavo la mirada.

-¿Puedo saber cómo se llaman, caballeros?

-Filosofía

Solté la palabra en un susurro, de entre mis labios. Le mire fijamente, parecia tener la cabeza en su lugar, pensar y evaluar antes de dar un paso en falso. Había estudiado psicología y aquello le fascinaba. El chico era equilibrado, sabía controlarse y pensar antes de actuar. Ambas cosas tenían sus cosas positivas y sus defectos.

-Yo soy yo y también soy el yo que está en tu mente. Ambas me forman pero como no me conoces no puedes comprenderme. Ni lo harás jamás porque primero deberás entenderte a ti.

Respondí mirando las hojas del árbol, tan verdes y monótonas. Solté un suspiro al aire. Todo ese palabrerío no dejaría que le entendieran. Debían saber la persona que conocía la sociedad, no la interna. Se giró a verle y comenzó con el discurso.

-Los humanos me llamarón Antonella Lombardi, pero mi especie me dice Puppet Master.

Chasqueé la lengua. Tenía demasiada información y yo ninguna. Pero aún no sabía nada comprometedor. Mire al otro chico, en especial la sangre que se desprendía de su boca con cierto morbo y satisfacción. Deseaba comenzar con las matanzas y oler aquel líquido, pero no era tiempo aún. El grupo necesitaba fortalecerse. Ese chico... tenía un misterio que quería resolver. Se dejaba ver intimidante y casi acosador, pero... Había algo más, de eso no había duda.

- bueno.... - bacile y mi voz empezo a cambiar- soy... uno de los jinetes del apocalipsis...- saque mi lengua y saborie un poco del arbol. tenia el estomago lleno... pero no tanto. En anto la pregunta quien soy m invadio, hasta mis neuronas y poco a poco me invadian recuerdos qu mi mne no podria sortener; sabria que iba a colapsar.

Lamentablemente aun me sentia sujeto y lo suficientemente lejos de ambos como para realizar algun cambio. Igualmente, el hambre empezaba a invadirme, y la deseperacion era diferente. Mi ojos empezaban a moverse lentos en busca de alimentos:

- Soy hambruna....

Mis ojos se lenaban de un ojo enfermizo, era extraño, el instinto no era de salirse asi nada mas... sino que tenia que pasar ya tiempo; pero recordando, ya habia pasado mucho tiempò y era hora de un ataque de histeria.
Recordo tambien su pasado, buscando un nombr entre tantos que ha tenido, perdido en esos recuerdos, dejandose dominar poco a poco la conciencia... hablo:

- G-U-L-A

De mi espalda algo parecido com un terccer brazo salio disparado hasta donde estaba aquella chica que me tenia contra la planta, se habia estirado lo suficiente como para alcanzar al chico que estaba cerca suyo, pero solo la impacte lo suficiente como para tumbarla en su lugar y liberarme.

La baba se me caia de la boca y mi cuerpo empezaba a recorrer algo electrizante por la piel, el brazo amorfo (era largo, delgado y huesudo; tenia zonas de piel humana mezcladas con piel animal , uñas , y garras) en su terminacion se convirtio en una garra. Se empezo a achica hasta quedar como de dos metros y medio de largo, y yo, con los ojos rojos me diponia a avanzar.

Solté un gemido, apretando mis dientes para no gritar. Mi cuerpo a diferencia de mi inmenso poder era débil, demasiado delgado y fácil de herir. Con un golpe como ese si bien solo quería mantenerme quieta había logrado el daño que podía producir en cualquier humano enfermo y mediocre. Esperaba que no estuviera sangrando. Trague en seco sintiendo el gusto a hierro tan característico. El maldito me había agarrado desprevenida. Le mire, fijamente y fría se acercaba. Probablemente deseando devorarme.

-Un pecado capital…

Susurré, sonriendo como desquiciada. Estaba pecando conmigo, con mi cuerpo. Apreté los puños, logrando que uno a uno los dedos de su garra me fueran soltando. En un parpadeo la misma lo tenia del cuello, apretando fuertemente y una de sus filosas extremidades amenazaba con cortar una de sus venas. Respiraba profundamente, intentando bajar mi adrenalina, pasando una mano sobre las heridas y examinando su profundidad. Vale, la próxima llevaría un arma conmigo.